«Pedir conocimiento interno de tanto bien recibido, para que yo enteramente reconociendo, pueda en todo amar y servir a su Divina Majestad»

viernes, 15 de enero de 2016

"El examen ignaciano", por P. Vicente Pascual sj

RESUMEN DE LA CHARLA

¿CÓMO REZAR EN LA VIDA NORMAL?
"Un minuto con Dios"
El examen ignaciano como oración de la vida

P. Vicente Pascual sj


El pasado día 15 de enero recibimos la visita del P. Vicente Pascual sj. Vino a hablarnos de lo fundamental que es la comunicación con Dios, charlar con Él. Nos propone una metodología muy ignaciana: el examen.



El creyente quiere relacionarse con Dios, estar en comunicación con él. Ignacio guía a los jesuitas y las personas que se acercan a él a encontrarse con Dios. Para Ignacio encontrarse con Dios es darse cuenta de dónde está Dios en la vida de cada uno. Él está convencido que podemos percibir a Dios en los acontecimientos de cada día y Dios está siempre invitándonos a encontrarnos con Él en lo cotidiano y solo tenemos que percatarnos de su presencia (Charla nº1: "Contemplativos en la acción").

En los Ejercicios de Ignacio hay una oración destinada al encuentro con Dios. Cualquier otra oración es sustituible por el “minuto con Dios”.

En el examen de conciencia ignaciano, Ignacio no piensa en un examen de conciencia al uso, como en la confesión sacramental, centrado en la parte "pecaminosa" de la que queremos pedir perdón. Quiere que hagamos un examen de nuestro corazón. "Allí donde está tu tesoro, está tu corazón" (Mt. 6, 21).

Es hacer un examen de cómo estoy por dentro, del espíritu. Es un examen de la memoria, ya que allí quedan registradas las actuaciones de Dios y nuestras propias actuaciones.


Buscamos signos de la presencia de Dios en nuestra vida. "Buscar y hallar a Dios en todas las cosas" (Charla nº1, lema de Líneas de Fuerza de este curso).

El examen tiene 5 pasos, que no se deben tomar como algo rígido. Son 5 formas de profundizar en nuestro día, y algunas veces nos centraremos más en uno y otras veces más en otro. No debemos dejar de hacerlo porque no nos dé tiempo a hacer estos cinco pasos. Más vale hacer uno bien hecho, que no hacer ninguno.

1. Dar gracias a Dios
Al revés de cómo entramos a orar en la iglesia que habitualmente entramos pidiendo. Damos gracias a Dios por el día, las cosas buenas que han sucedido y damos gracias a Dios por sus beneficios. Unos beneficios son obvios y fáciles de recordar y otros no lo son tanto y me doy cuenta la presencia de Dios. Tenemos dos posibilidades, vivir en el agradecimiento o vivir en la queja. Nuestro día es algo más que tareas porque somos seres humanos, no hacedores humanos. Lucha contra la eficacia mal entendida. Al notar la gratitud nos desaceleramos. No es hacer listas, es degustar. San Ignacio: "No el mucho saber harta y satisface el ánima, sino degustar de las cosas internamente".


2. Revisión del día
Recorremos los acontecimientos del día, de principio a fin, observando los puntos en que hemos sentido la presencia de Dios y aquellos puntos donde hemos ido rechazando (aún sin darnos cuentas) la presencia en el amor. ¿Qué me ha dicho Dios a mí hoy? ¿Cómo me ha hablado hoy? Dios nos habla a través de lo que sucede, de las cosas y de las personas. ¿QUÉ ME QUIERE DECIR DIOS CON ESTO QUE ME HA SUCEDIDO? ¿Qué me ha hecho feliz, qué me ha estresado, qué me ha ayudado a ser más amable?

Cada momento es como una ventana para percibir dónde ha estado Dios a lo largo de la jornada. 

3. Le pido gracia a Dios para reconocer mis faltas
Qué aspectos del día me han alejado de lo bueno que soy. Somos buenas personas pero hay cosas que nos alejan de la bondad. Reflexionar sobre nuestras faltas es dejar que nuestra conciencia nos lleve a mejorar nuestras actuaciones, me animo a actuar de otra manera. Al pensar en mis pecados voy a comprender mejor los pecados de los demás y comprender también los esfuerzos de los demás por mejorar sus pecados. Inmediatamente puedo ver en qué puedo ayudar a los demás, en qué puedo poner más cariño y más esfuerzo. Mis faltas no me hacen pensar más en mí, sino me hacer ver que necesito más a Dios, necesito ser más humilde y más consciente del daño que hago a otros. Necesito más su misericordia. Voy viendo dónde tengo que poner mis cualidades positivas. Reconocer los fallos me anima a cambiar.

4. Pido perdón por lo que he hecho mal a lo largo del día

En ese momento puedo tener la necesidad de pedir perdón a las personas que he ofendido. Me doy cuenta, no de lo malo que soy sino de lo bueno que es Dios. Descubro las cosas malas que hay en mí. San Pablo: "Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" (Rom. 5, 20).
Al finalizar el día nada nos separará del amor de Dios. Es otra manera de ver el paso de Dios por mi día a pedir perdón por lo que he hecho mal.

5. Pido la gracia y la ayuda de Dios para hacerlo mejor a día siguiente 
Y puedo terminar con la oración que nos guste.  

Epílogo
El examen nos ayuda a ser conscientes de la vida a la vez que la vivimos, y nos ayuda con cosas sencillas del día a día. Tenemos que ver los aspectos que pasan desapercibidos porque es allí donde podemos descubrirle.

No se trata de hacer listas, sino es un diálogo con Dios (Charla nº1: "Hablar con Dios como quien charla con un amigo"). Me ayuda a capacitar y me ayuda a "contemplar a Dios en la acción" - San Ignacio.

En el examen diario reconocemos el lento trabajo de Dios.

Acabó la charla dándonos una "chuleta" para nuestro examen diario, para guardar en la cartera. Esta es la forma en que Vicente nos ofrece hacer oración. Esta es la forma en que San Ignacio nos enseña a hacer oración.

UN MINUTO CON DIOS

  1. Tomo conciencia de que Dios está junto a mí.. Voy a hablar con alguien que me quiere.
  2. Le doy gracias por todo lo que pasó hoy, pues todo ha venido envuelto en su amor.
  3. ¡Qué cosas me hacen a Dios presente en este día? (personas, lecturas, sucesos, sentimientos...)
  4. Le pido a Jesús disculpas por lo malo y pongo a sus pies todo lo negativo de este día.
  5. Renuevo mi amor y mi compromiso con Jesús y pienso cómo quiero actuar mañana. ¿A qué me invita Jesús? "Señor, ¿qué quieres que haga?" ¡A la orden, Jesús, cuenta conmigo!
  6. Le pido la bendición a María, rezo un Padrenuestro.